viernes, 4 de abril de 2008

GENTE COMO TU Y YO

La acostumbrada semana de oración, titulada este semestre “Personajes de la Biblia, Gente como tú yo”, inició como siempre el viernes a las 7:00 P.m. Algunos quedaron en casa sin mucha expectación, sentados en sus cómodos sillones esperando ver si el director mundial de Conquistadores, Jonathan Tejel, despertaba el interés suficiente para decidir asistir a la iglesia o verla, uno que otro día, a través de la televisión.
Al parecer, logra convencer a varios con el primer tema, pues el sábado por la mañana la iglesia está más llena de lo acostumbrado. Para las 8:45 las bancas ya van pareciendo sardinas enlatadas y con la llegada de “los que se conforman con escuchar el sermón” –por no decir tardistas- las entradas quedan incómodamente obstruidas por la cantidad de gente que está de pie.

El programa cambia un poco, aunque no deja de ser la habitual liturgia de todas las semanas, no hay un cambio drástico en el ambiente, a excepción del caluroso clima que nos recuerda que ya empezó la primavera afectada por el calentamiento global; por lo que se escucha el agradable ruido de los aparatosos climas –agradable por el alivio del calor- que hace que los murmullos de los chavos que llegan a sus reuniones sociales también suban de volumen.
La plataforma está arreglada de forma diferente; hay doce personas de cartón que intentan representar a los personajes de la biblia que se estarán viendo a través de la semana y reforzar la parte del título “Gente como tu y yo". Un banner cubre buena parte del frente de la plataforma con el título de la semana y algunos de los mismos personajes; todo con un fondo verde primaveral y garigoles orgánicos, que han estado de moda, como decoración. Del lado izquierdo del púlpito, hay un recipiente cuadrado, con agua y piedras, lo que crea un poco de inquietud.

Se entona el canto tema con un ritmo pausado –nada de qué extrañarse en la iglesia universitaria- provocado aparentemente, por falta de práctica del este.
Finalmente, después de escuchar la extensa biografía de Tejel y la lectura del texto bíblico para el sermón, el pastor toma su lugar detrás del púlpito. Respira profundo y saluda a la congregación. Los que no habían prestado atención a la biografía, inmediatamente se dan cuenta de que el pastor es originario de España por su característico acento.
Comienza a relatar muy detalladamente la historia de sobra conocida por grandes y chicos de “David y Goliat”. Con su peculiar forma de hablar y el uso del pronombre “vosotros”, logra captar rápidamente la atención de todos y se escucha un relativo silencio.
Poco a poco va haciendo aplicaciones de la antigua historia bíblica a las vidas actuales de los jóvenes. Menciona que no hay que dejar que alguien quiera imponer su forma de pensar así como Saúl quería que David llevara su armadura y que la armadura de la fe es una cuestión intransferible.

Después de treinta minutos concluye el tema de manera peculiar; toma una piedra del recipiente con agua que parecía que ya había olvidado, y la coloca en la mesa. Agarra un martillo y le pega en un intento de romperla, pero la pierda vuela hacia un costado haciendo un notable ruido al pegar con el mármol. La recoge, la coloca de nuevo sobre la mesa y vuelve a golpearla con más precisión. Esta vez un pedazo queda sobre la mesa y el otro sale de nuevo por el aire más lejos aún, echando abajo la afirmación de algunos de que no podría quebrarla. Levanta el pedazo del suelo y lo enseña a todos. La piedra, como era de esperarse, estaba mojada solamente por fuera -¿Cómo estáis vosotros?- pregunta -¿estáis secos, como esta piedra de río, que por más que el agua corra sobre ella estará seca por dentro?- termina con la comparación de todos aquellos que han estado en la iglesia por mucho tiempo; quizás desde el nacimiento y que el amor de Dios no ha podido permear sus corazones. ¿Cómo estás tú?

1 comentario:

Anónimo dijo...
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